Hay un señor, en la oficina
que traduce todo lo que siento
en palabras
gestos
y acciones
ayer se tomó franco
el hijo de puta
pero hoy volvió con su
camisita limpia
su maletín de cuero barato, su brillo
de gomina
y su manojo de desgracias
Ja!, que gracioso, todos vuelven
pensé
Buenos días. Café señor?
dije
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