viernes, 7 de agosto de 2009

Soy de los que

Me apuro un poco, para entrar con alguien al jardín. Es que sino la espera en la puerta, el empuje para dentro y fuera, me inquieta un poco, mas aun viendo la sonrisa de una charla casual por el vidrio.

Adentro siempre esta mas cálido. Los que llegamos temprano somos siempre los mismos. La rutina es casi exacta: el mate de alguno que quiso llevarlo, las vida de la semana y el corte del - ¿Vamos? de algún apresurado por cantar.

Soy de los que les cuesta mover la mesa y las sillitas a la vez. Algunos tienen alguna extraña habilidad incluso cuando la mesa tienen sillas a ambos lados. Después de varios ensayos sin éxito, asumí mi dificultad y comencé a acomodar las sillas primero, para luego encastrar la mesa. Esas mesas son, en realidad nuestra sillas, inmoviles complices de todo lo que pasó... saben mas de nosotros que nosotros mismos.
Me siento y espero el quorum necesario para empezar a repasar algo o, si tenemos suerte, empezar con algo nuevo.

Ya cantando, la murga se completa con las llegadas tardes ya anunciadas por los compromisos de la vida de un murguistestudiolaburante. Las voces se sueltan y me imagino como se escuchará la murga desde ese privilegiada silla central, donde la estridencia de los graves no se sienta tanto.

Me gusta ver la silueta borrosa de algún desconocido tras la puerta. Pienso q esta increíblemente sorprendido y al escucharnos el alma misma le vibra como cuando yo escuche murga por primera vez. Una sensación de pequeña soledad me inunda cuando veo que se va, quizás por timidez que lo estén viendo, o puede que tenga algo mas importante que hacer. En definitiva, vuelvo mi atencion al ensayo y a los bailes de primos, imposibles de igualar.
Soy de los que no sabe bailar y les cuesta horrores moverse y cantar a la vez y de los que no recuerda bien su parte y apela al silencio para poder plegarse a otro mas virtuoso siempre intentando pasar desapercibido.

Soy de los que no fuma y en el recreito tararea sin parara la ultima melodía ensayada siempre por supuesto en una cuerda que no sea la mía. Soy de los que disfruta cantar clásicos que nunca practicamos y que salen con una facilidad tal que me nunca deja de sorprenderme.

A veces el tiempo nos dice basta, a veces las ganas o los no ganas. Las once llegan rápido y en la puerta ya de noche, me encuentro siempre satisfecho, con un cansancio de esos que se disfrutan.

Algunos jueves la noche termina ahi, otros sigue en casa. Como un manojo de niños de primaria, repetimos un estricto metodo de diversion asegurada: la lucha contra la cena, la cerveza, el ¿quien baja?, el faso, el fernet, los falsos preludios de axel y si tenemos la suerte de tener un primerizo en la reunion, nos reiremos de el hasta que entienda la logica del "te lo paso cruzado", "que numero ves aca" y "ladrón, muerto, fantasma".

Aveces los ensayos terminan en los ensayos y espero a la gente de Córdoba aunque solo comparto unos 50 metros con ellos. El resto del camino es solo mío, tarareando de nuevo mi parte e imaginándome las otras, en un escenario con las luz de frente, esperando el "tres cua" que haga emocionar a los espectadores de turno.

Soy de los que llora y cree que ponerse triste por tantas alegrías, es un regalo inigualable.

1 comentario:

  1. a veces apelo a un recuerdo inborrable: "te acordas que cuando nos conocimos me decias: "noo, te juro nico que no soy así"

    por favor seguí siendo así. simplemente sos gigante.

    abrazo grande amigo mio.

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